Fumigaciones seguras para niños y bebes
Fumigaciones seguras para niños y bebes
Como experto en control de plagas, puedo decir con total claridad que la fumigación en hogares con niños y bebés sí es posible, siempre y cuando se realice bajo protocolos estrictamente seguros. La clave está en aplicar productos regulados, técnicas profesionales y medidas preventivas adecuadas antes, durante y después del tratamiento.
Lo primero que se toma en cuenta es el tipo de producto. Nosotros, como técnicos certificados, utilizamos únicamente sustancias avaladas por COFEPRIS, formuladas específicamente para su uso en espacios habitados, con niveles de toxicidad controlada que no representan un riesgo si se aplican correctamente. Esto incluye gel insecticida, cebos encapsulados, tratamientos dirigidos en zonas específicas y, en algunos casos, nebulización con biocidas suaves que no dejan residuos peligrosos.
Sin embargo, aunque el producto sea seguro, la técnica de aplicación lo es aún más importante. No se trata de rociar toda la casa indiscriminadamente. En un hogar con niños pequeños, aplicamos el tratamiento lejos de cunas, juguetes, áreas de juego, utensilios de cocina o textiles de uso diario. Además, se protege toda superficie sensible antes de iniciar el proceso.
Una buena práctica profesional siempre incluye la recomendación de desalojo temporal del inmueble. En la mayoría de los casos, es suficiente con que los niños y bebés no estén presentes durante la aplicación y esperen entre 4 a 6 horas antes de regresar, tiempo durante el cual se ventila adecuadamente el lugar.
También instruimos al cliente sobre qué hacer antes de la fumigación (guardar alimentos, ropa de cama, juguetes, etc.) y cómo actuar después (ventilación, evitar limpieza inmediata de zoclos o esquinas tratadas). La información clara y personalizada forma parte esencial del servicio profesional.
En resumen, sí se puede fumigar de forma segura en hogares con niños o bebés, siempre que el trabajo esté a cargo de personal capacitado, con productos certificados y un enfoque responsable. La improvisación o el uso de servicios no certificados es, en estos casos, un riesgo innecesario.